lunes, 11 de noviembre de 2013

Mi vida y yo

Nació en Pamplona el 2 de agosto de 1993 en el seno de una familia con orígenes palentinos. Sus raíces castellanas siempre calaron en él profundamente y le hicieron sentir un profundo sentimiento por esta tierra, llegando a considerarse hijo de ambas ciudades.
Inició sus estudios en el Colegio Nuestra Señora del Huerto de Pamplona, sin embargo a los 7 años de edad ingresó en el colegio San Cernin de Pamplona debido a su mayor énfasis en la enseñanza de lenguas extranjeras, en concreto el francés. Cursó con éxito sus quince años de enseñanza escolar donde gracias al carácter multicultural y polilingüista del centro se educó en todo momento en un ambiente con clara amplitud de horizontes y vistas al extranjero. El carácter católico de ambos centros junto con los valores inculcados por su familia lo educaron en la fe cristiana y en el respeto hacia los demás.

Concluida su etapa colegial y tras un verano de reflexiones, se decidió a cursar el grado de Farmacia en detrimento del de Bioquímica estando, aun a día de hoy, satisfecho con su elección. Durante esta etapa universitaria, realizó en dos ocasiones viajes por las principales capitales europeas con el fin de saciar su afán por experimentar la cultura e idiomas foráneos, resultándole Berlín un ejemplo perfecto de crisol de culturas, muy caracterizada por su heterogeneidad. Fue en estos viajes donde se fraguó su amor por el pueblo y cultura alemana constituyendo un claro detonante de su afinidad por la lengua germánica.

Siempre se ha considerado un chico inquieto pero falto de respuestas, con voluntad de cambio pero ignorante en cuanto a qué se debe hacer para lograr el cambio. Ve a diario cómo su país fracasa una y otra vez en lo que se propone, la última el fracaso olímpico, a pesar de haber infinidad de éxitos los fracasos suenan con más fuerza. Se avergüenza del trato deplorable que nos da el resto del mundo que nos considera un pueblo de paletos dormilones cuyo único interés es la enología en su sentido más práctico.

Su entrada a la universidad coincide con un periodo de cambio en su pensamiento, cada vez más interesado por las grandes incógnitas de la existencia y por el cultivo racional, comienza a tener grandes inquietudes. La primera de ellas trata acerca de quién es él ¿una potencialidad de su esencial? ¿Tan solo aquello para lo que sirve?
Hasta el momento convencido de que era su nombre y experiencias quienes lo definían como persona, descubre la postura de Ortega y Gasset fundamentada en el célebre ``Yo soy yo y mis circunstancias´´ que cambia radicalmente la visión que tenía sobre él mismo y haciendo más especial si cabe a uno mismo.

Otra de sus inquietudes la relata él mismo de la siguiente forma: ``La vida hasta el momento ha sido más bien plácida, todo está impuesto y marcado desde el colegio ¿Ciencias o Letras? Y salirse de este guión impuesto está visto con muy malos ojos. Sin embargo nuestra generación tiene un bendito problema, le ha tocado vivir la época más avanzada y sobreinformada de cuantas han existido. Mordaz ironía resulta esta de encontrarse perdido y sin respuesta con tanta información al alcance del teléfono móvil.
A pesar de ello, lo que realmente le quita el sueño es su preocupación por el amor, ya que su experiencia le demuestra todo lo que desconocemos sobre él, no tenemos idea alguna de cómo vivirlo o tratarlo. Esto no lo enseñan en ningún colegio.
No es necesario asistir al banquete de Agaton para saber que nada inspira más al hombre que el amor pero como diría Pausanias ``ninguna acción es bella o fea en sí misma, solo puede serlo por la manera como se haga´´ Por ello es la manera en como vives y tratas ese amor la que lo hace realmente especial y diferente al resto de amores que puedes profesar.


Todas sus inquietudes le han hecho darse cuenta de que el problema no son ellas mismas, sino las metas ya que como es lógico a raíz de una falta de metas surge un déficit de inquietudes. Nos faltan grandes hazañas que inspiren en definitiva.

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