``Munich, 5 de Septiembre de 1972, me dirigía a eso
de las 7:00 de la mañana a dar mi paseo matinal por Maximilianstraße
donde cada día al amanecer veía los
estragos que causaron los B-42 americanos en los años 30. Aquel año la ciudad
andaba muy ajetreada por la Olimpiada pero mi sorpresa fue mayúscula al ver un ejército
policial cruzando la urbe en dirección al estadio olímpico´´. Este joven muniques,
era testigo sin ni siquiera saberlo de una de las mayores atrocidades
perpetuadas contra el pueblo judío. Cinco años después de concluir la guerra de
los seis días, el pueblo judío volvía a ser objeto de ataque por parte de los
países islámicos, en este caso un grupo terrorista palestino.
A lo largo de toda la historia se ha ido diezmando
por sistema a los judíos desde su sometimiento por parte de los faraones
egipcios pasando por el infierno de Auschwitz hasta hoy con los conflictos de
franja de gaza.
En este punto
nos vemos obligados a plantearnos ciertas preguntas, ¿es posible una solución
pacífica a este conflicto? ¿Podrán algún día convivir pacíficamente los estados
de oriente medio? Y, lo más importante de todo,¿ hasta qué punto influye
negativamente Estados Unidos en este conflicto?
Es del todo imposible que en las mencionadas
circunstancias se pueda construir un estado de paz mediante el conocimiento
mutuo, la comprensión cordial y el dialogo, tal y como nos dice el profesor
Nubiola. Conviene sumergirse en la historia para comprender el porqué de nuestro razonamiento. El estado israelí se creó en el 1948 a raíz
de la división del antiguo protectorado británico en aquella zona. Esto vino a
compensar todo el sufrimiento del pueblo judío en la segunda Guerra Mundial, el
problema radicó en la oposición de sus vecinos musulmanes y en el odio creciente a lo largo de la historia como
antes hemos mencionado.
Qué ocurriría si pidiéramos a cualquier víctima del terrorismo comprensión cordial o dialogo para
aquellos que asesinaron a sus allegados, obviamente el rencor y el odio que anida en sus corazones
privaría a los asesinos de su condición humana, de ser personas que erran para acabar convirtiéndose en lo mismo que
ellos.
El camino de la vida puede ser libre y hermoso pero
lo hemos perdido, la codicia ha envenenado las almas, ha levantado barreras de
odio, nos ha empujado a la miseria y a las matanzas como diría el Gran Dictador. Nos encontramos ante la
encrucijada de bien hacer borrón y cuenta nueva, perdonando (únicamente
perdonando se puede llegar a una vida plena) todas las barbaridades realizadas
contra el pueblo judío o continuar en este camino de odio que solo lleva a
guerras, genocidios y a ser esclavos del
pasado.
La convivencia pacífica no resulta tan fácil como
nos da a entender el profesor Nubiola
hablando del respeto y la paz existente en el siglo XIII en España, porque lo que él omite es la
sangría que se cometió en aquel reino a la hora de expulsar a los musulmanes
durante la reconquista, resulta muy fácil convivir si matas a aquel que te
genera los problema, quizás se tenga que producir el cambio del
perdón y pasar cientos de años hasta que la situación se normalice como ocurrió
en Toledo ya que pasaron dos siglos hasta lograrse tal convivencia pacífica,
esperemos que en siglo XXIII hayamos hecho de Jerusalén la Toledo de Oriente.
Cabe recomendar
la obra de Salah Jamal, Palestina,
ocupación y resistencia, una breve historia sobre el conflicto de oriente
que permite ganar una visión más objetiva del mismo.
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